Columna de opinión de: Felipe Jamett

Sábado 15, Agosto de 2009

Mapuche (MAPU: TIERRA y CHE: GENTE).

Esos límites establecidos y otorgados a la comunidad indígena durante la administración de Manuel Montt (1852), que iban desde el Biobío hasta el norte de la provincia de Valdivia, de eso, ya poco queda. Las tierras, poco a poco, se las han ido quitando y ahora están empezando a quitarles su gente a través de la muerte. Muy parecidamente a como lo trato de hacer la corona española, pero la diferencia está en que los conquistadores fracasaron y los gobiernos “democráticos” están consiguiéndolo.

Y quiero ser repetitivo, porque si bien los medios no le dan la real importancia que este tema merece y poco se sabe, la provincia de Arauco que comprende 5.477 Kilómetros cuadrados y donde se estableció, algún día, protección a la propiedad indígena y regular la constitución de los recién llegados, ha sufrido variaciones. Hoy muchos de esos terrenos pertenecen a privados, uno de ellos es Jorge Luchsinger, apodado por la prensa como racista¹, y poco a poco les van quitando sus terrenos y por supuesto su cultura.

El gobierno actual y los anteriores hablan de dialogo, pero cuando vemos la imágenes, podemos concluir que con el “orden” que cree poner Carabineros de Chile en las distintas manifestaciones, difícilmente se puede dialogar, porque solamente fomenta la violencia y el rencor.

Rencor que se produce:

Por la muerte de Alex Lemún, joven de 17 años baleado en la cabeza, en Noviembre del 2002, por un policía que quedo en libertad y que estaba a cargo del Gral. Bernales (Jefe de Zona de la Novena Región, en esa época y que años después apodarían el Gral. Del pueblo).

Por la muerte del joven universitario Matías Catrileo (22 años) en Enero del 2008, quien fue alcanzado por una ráfaga arrojada desde una subametralladora Uzi en su espalda.

Y hace unos días por la muerte de Jaime Mendoza de 24 años, a quien, nuevamente, lo alcanzo por la espalda una bala que salió desde el arma de un carabinero, quien dijo que actuó en legítima defensa. Jaime solamente llevaba un boleadora en sus manos.

Dados estos casos, ¿Queda intención de diálogo?, diálogo al que invitan los gobiernos, gobiernos de los poderosos y poderosos defendidos por policías hipócritas. Claramente ¡NO!

1. El Ciudadano (www.elciudadano.cl/2008/03/16/el-racista-luchsinger/), 16 de Marzo de 2008.

Columna de opinión de: Alexis Salgado

Lunes 10, Agosto 2009

Son recurrentes las frases típicas de la gente mayor al referirse al sistema actual en que estamos insertos.
Hablan de degeneración de la juventud, del peligro de la desintegración familiar y casi promueven el fin de los tiempos del Apocalipsis.
Pero a simple vista no es más que un discurso añejo, que sin duda sus mismos padres se los hicieron llegar en la plenitud de sus juventudes.
Es así como nos encontramos con un gran porcentaje de población senil dispuesta a dar luces de que los jóvenes en general son mas libertarios y que lo mejor sería que estuviesen laborando, orando y callando cosas tal y como lo hicieron ellos cuando pudieron evitarlo.

En mente tienen muy marcada la idea de orden, de casi añorar la reencarnación de Pinochet para que vuelva el silencio, la castidad soñada y la represión.
La mayoría de las personas que vivieron en dictadura tienen dentro de si el germen del miedo, que en forma egoísta quieren traspasarlo a sus hijos y nietos. No hay que ser lo mas vividor para no encontrarte con frases como “en mis tiempos los niños no opinaban en la mesa” ó que “una mujer decente en mis tiempos no salía tarde y se dedicaba a tejer” como sintiéndose lo más orgullosas de haber protagonizado tiempos oscuros de la sociedad en Chile.
Entonces las preguntas que nos hacemos son ¿era mejor la vida cuando te pegaban por hablar en la mesa? Ó ¿es mala la vida cuando hay demasiada libertad?
Si bien son preguntas que fácilmente podríamos responder, se hacen difíciles cuando existe una mayoría que niega o esta en sus ansias delegar su libertad para entregársela a un solo hombre que aún muerto deja tanto para discutir.

Pinochet no cabe duda que hizo de las suyas. Plantó semillas (el germen) del terror eliminando hombres y mujeres que discurseaban la libertad, y que lamentablemente se instauró en nuestra sociedad hoy democrática la sensación de que cuando se reprime, hay orden; y si existe orden existe la felicidad.
¿Libertad u orden?
El debate queda para Uds.